Thursday, December 08, 2005

Como quien no quiere la cosa

Como quien no quiere la cosa, mientras el profesor revisa sus notas, la amiga de mi novia comienza a contar: “Había un estudiante de Comparada que se volvió loco y solía entrar a los salones en medio de una clase a gritar”.

Amapola, que siempre cargaba con su hijo recién nacido a la clase, contestó: “Es que yo a veces pienso que voy a terminar como Don Quijote. Porque con tanto libro que leo no sé qué es realidad y qué fue lo que leí. Ya yo no te leo el periódico, no te veo televisión, estoy metida en la biblioteca horas y horas.”

En una esquina, Giselle hablaba por teléfono celular con su novio argentino: “Pero Diego, ¿es chiquita o grande? Porque yo entiendo que a una cucaracha grande se le debe tener miedo...”

Mientras tanto, Helga ordenaba a Chemi: “¡Chequéate el center of consciousness de Vincente Castro, papá!”

Entonces, Rita pensaba en voz alta: “Yo sé que el bloque te me come 6 pulgadas del diseño. Créeme, lo he tomado en consideración.”

¿Y yo? Yo digo: “Bendito sea Río Piedras”.

2 comments:

nicolececilia said...

me encanta

yo también anoto conversaciones ajenas que no son de mi incumbencia. a veces la gente habla poesía y no lo notan.

sesentaydosvecesdesarmado said...

¡Exacto!